Asistentes: José Gabriel Segarra (ponente), Nacho Fernández e Ildefonso Mozas.
En la sesión de hoy, José Gabriel Segarra, profesor de Biología, trató sobre esta novedosa rama del saber. He aquí lo que ha entendido un pagano en la materia como yo.
En la sesión de hoy, José Gabriel Segarra, profesor de Biología, trató sobre esta novedosa rama del saber. He aquí lo que ha entendido un pagano en la materia como yo.
Veamos. Todos los seres
humanos tenemos unos dos billones de células. Cada célula tiene su núcleo. En
cada núcleo se encuentran 23 pares de cromosomas junto con proteínas varias. Dentro
de cada cromosoma se encuentra la cadena del ADN. La cadena de ADN está formada
por diferentes genes, donde se encuentra todo el código genético nuestro, desde
el último pelo hasta la punta de los pies. Resulta que, en las células que se
encuentran en el iris de mi ojo, se activa precisamente el código genético que
hace que mis ojos sean “amarronaos”. ¿Y quién activa esos código?: las señoras
proteínas. Es decir, en cada ADN de cada una de nuestras células se encuentra
todo nuestro código genético, pero en cada parte del cuerpo sólo se descodifican
las que son necesarias para esa parte del cuerpo
¿Entendido? Pues… atención,
aquí viene lo más interesante: si logramos inocular unas enzimas que logren
desactivar los genes del ADN de cada núcleo de cada una de las células que
pueblan mi iris, se podría conseguir que, en vez de “amarronaos”, mis ojos
fueran, por ejemplo, verde piscina, de tal manera que las noruegas se
desmayasen al cruzarse conmigo en nuestras excursiones.
Esto, la verdad, no estaría
mal. Pero si, además, se logran desactivar mis genes de envejecimiento, es
posible que llegue a los 80 años siendo un atlético mozo, dispuesto a dejar a
Perni y a José Gabriel tirados en la montaña, y eso sí que sería una auténtico
puntazo.
Ahora en serio: con la tal
técnica de envolver los genes para que no se activen (“mitelación”, creo que
dijo el maestro Segarra) conseguiremos que los síndrome down dejen de serlo, y
que mi sobrino diabético pueda tomar helado todos los días sin tener que
pincharse. ¡Eso sí que es un puntazo de verdad!
Ahora solo queda preguntarse
lo siguiente: ¿es ciencia ficción, o se pueden lograr resultados a medio
plazo?, ¿estamos en el cuento de la lechera, o en los umbrales de una nueva era?
Difícil saberlo. Yo soy
historiador, no profeta. Se admiten comentarios.
Muy bueno el resumen, entendido. Y yo, ahora, le haría dos preguntas al maestro Segarra:
ResponderEliminar1. ¿Se pueden disparar o inhibir esas acciones del ADN de forma espontánea, por accioón de agentes externos?
2. Una vez tienes los ojos "amarronaos", ¿Se te pueden volver de color verde-piscina? ¿O ya no tienes solución?
Es una pena que tenga obligaciones familiares la mayoría de lunes por la tarde, y no pueda asistir a vuestra tertulia. Agradezco mucho que te tomes la molestia de mantener este blog, pues es una forma de mantener el contacto con vosotros y con los temas que siempre me han apasionado.